SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

16 de octubre de 2010

UNIVERSO CREADOR DE DIOS

Señor: Soy criatura de la ciencia, más no de la fe. Creo en la conciencia que forja el conocimiento. Creo en su avance.

Señor: Si tú perteneces a la conciencia del universo, porque eres su hacedor, dadme un momento para comprenderte y aceptarte.

Señor: Si eres eterno y haz sido el autor del universo, dadme un momento de la vida para entenderte y difundir tu obra.

Señor: Si perteneces al infinito y les haz dado a los hombres la finitud te pido humildemente tu presencia infinita para que todos los humanos seamos parte de ti.

Señor: la vida es inmensa y es grande porque tenemos conciencia de ti. Muéstranos tu presencia y deja ver tu infinita sabiduría.

Señor: Somos impotentes ante las fuerzas del universo y si tú las haz creado, nos rendimos ante ti. Por eso te pedimos tu manifestación para que la mente humana tenga la mente del universo y de su hacedor.

Señor: Te pedimos tu asistencia, desde cualquier punto del universo en donde te encuentres, para que este género homo tome conciencia de que el universo existe, y en este la vida, que hoy permite la búsqueda de la comprensión del infinito y de tu autoría.

EL ECO DE LA VIDA

La vida es un presente que se extingue en el tiempo. Todos llevamos algo de afán para vivirla y comprenderla, y esto es el reflejo de la forma como la hemos conducido. Así como el eco nos devuelve las palabras que lanzamos, la vida nos devuelve lo que hemos sembrado en ella, lo bueno o lo malo.

Cuando hablamos cosas que hieren al humano estamos generando situaciones que se devuelven en algún momento de la existencia. El eco es la repetición de un sonido al chocar sus ondas sonoras contra una superficie sólida y regresar al lugar de la emisión con la fuerza y la tardanza suficientes para que se perciba como un sonido distinto del original, como sucede a veces en ciertas montañas, valles o plazas. Lo mismo ocurre con el acto humano. El ruido producido por el daño se expande socialmente y esto produce desacierto y desconfianza.

Por eso creo que la tardanza, en la acción solidaria hacia los demás, se refleja en una forma contraria que menoscaba a la vida misma y a la sociedad en la que militamos. La vida nos devuelve todo lo que decimos o hacemos. Por eso, nuestra vida es el reflejo de nuestro actuar.

Ante un mundo convulsionado se requiere poner más amor y dedicación para con los humanos. La violencia se ataca con sobredosis de amor y este debe ser sembrado en todos los rincones del mundo como estrategia de convivencia. Si deseamos felicidad habremos de darla a todos para que la vida nos la devuelva como el eco.

Cuando construyo bienestar y calidad de vida habré de encontrar algo que viene de rebote. La felicidad la devuelve la vida cuando damos más de lo que recibimos. Pero cuando busco la de los demás, haciendo el bien, la encuentro como el eco, de rebote, recojo lo que siembro.

Estaré alegre cuando busco la alegría de los que me rodean. Si quiero una sonrisa en mi alma, he de sonreír a quienes tengo a mi lado, cada día. La vida me devolverá lo que he dado, como el eco. Esto se aplica a todo en la vida: a la belleza, la verdad y la bondad. Por mucho que vayamos por el mundo buscando la belleza, no la encontraremos nunca si no la llevamos con nosotros.

En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor.
Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae. El eco de la vida es el bumerán que nos devuelve lo que sembramos durante ella, es el proceso de cosechar actos de inteligencia y de gratificación o de amarguras y sinsabores.
La vida nos da de regreso exactamente lo que le hemos dado. Nos devuelve todo lo que decimos y hacemos. Si no nos gusta lo que recibimos de regreso, debemos revisar bien lo que estamos dando.