SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

24 de septiembre de 2012

LA HONESTIDAD

Es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma).

Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para esconderlo. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la persona honesta.
La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer.

 No es la simple honradez que lleva a la persona a respetar la distribución de los bienes materiales. La honradez es sólo una consecuencia particular de ser honestos y justos.

LO QUE NO ES HONESTIDAD


·        No es el mero reconocimiento de las emociones "así me siento" o "es lo que verdaderamente siento". Ser honesto, además implica el análisis de qué tan reales (verdaderos) son nuestros sentimientos y decidirnos a ordenarlos buscando el bien de los demás y el propio.
·        No es la desordenada apertura de la propia intimidad en aras de "no esconder quien realmente somos", implicará la verdadera sinceridad, con las personas adecuadas y en los momentos correctos.
·        No es la actitud cínica e impúdica por la que se habla de cualquier cosa con cualquiera… la franqueza tiene como prioridad el reconocimiento de la verdad y no el desorden.

Hay que tomar la honestidad en serio, estar conscientes de cómo nos afecta cualquier falta de honestidad por pequeña que sea… Hay que reconocer que es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y la auténtica vida comunitaria.

Ser deshonesto es ser falso, injusto, impostado, ficticio. La deshonestidad no respeta a la persona en sí misma y busca la sombra, el encubrimiento: es una disposición a vivir en la oscuridad. La honestidad, en cambio, tiñe la vida de confianza, sinceridad y apertura, y expresa la disposición de vivir a la luz de la transparencia y la verdad.

http://www.portalplanetasedna.com.ar/valores2.htm
http://www.catedraderamiro.blogspot.com

17 de septiembre de 2012

LA PUNTUALIDAD


El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado. El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.

El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza.

La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades, y por supuesto de una agenda, pero, ¿qué hay detrás de todo esto?

Muchas veces la impuntualidad nace del interés que despierta en nosotros una actividad, por ejemplo, es más atractivo para un joven charlar con los amigos que llegar a tiempo a las clases; para otros es preferible hacer una larga sobremesa y retrasar la llegada a la oficina. El resultado de vivir de acuerdo a nuestros gustos, es la pérdida de formalidad en nuestro actuar y poco a poco se reafirma el vicio de llegar tarde.

En este mismo sentido podríamos añadir la importancia que tiene para nosotros un evento, si tenemos una entrevista para solicitar empleo, la reunión para cerrar un negocio o la cita con el director del centro de estudios, hacemos hasta lo imposible para estar a tiempo; pero si es el amigo de siempre, la reunión donde estarán personas que no frecuentamos y conocemos poco, o la persona –según nosotros- representa poca importancia, hacemos lo posible por no estar a tiempo, ¿qué mas da...?

Para ser puntual primeramente debemos ser conscientes que toda persona, evento, reunión, actividad o cita tiene un grado particular de importancia. Nuestra palabra debería ser el sinónimo de garantía para contar con nuestra presencia en el momento preciso y necesario.

Otro factor que obstaculiza la vivencia de este valor, y es poco visible, se da precisamente en nuestro interior: imaginamos, recordamos, recreamos y supuestamente pensamos cosas diversas a la hora del baño, mientras descansamos un poco en el sofá, cuando pasamos al supermercado a comprar "sólo lo que hace falta", en el pequeño receso que nos damos en la oficina o entre clases... pero en realidad el tiempo pasa tan de prisa, que cuando "despertamos" y por equivocación observamos la hora, es poco lo que se puede hacer para remediar el descuido.

Un aspecto importante de la puntualidad, es concentrarse en la actividad que estamos realizando, procurando mantener nuestra atención para no divagar y aprovechar mejor el tiempo. Para corregir esto, es de gran utilidad programar la alarma de nuestro reloj o computadora (ordenador), pedirle a un familiar o compañero que nos recuerde la hora (algunas veces para no ser molesto y dependiente), etc., porque es necesario poner un remedio inmediato, de otra forma, imposible.

Lo más grave de todo esto, es encontrar a personas que sienten "distinguirse" por su impuntualidad, llegar tarde es una forma de llamar la atención, ¿falta de seguridad y de carácter? Por otra parte algunos lo han dicho: "si quieren, que me esperen", "para qué llegar a tiempo, si...", "no pasa nada...", "es lo mismo siempre". Estas y otras actitudes son el reflejo del poco respeto, ya no digamos aprecio, que sentimos por las personas, su tiempo y sus actividades.

Para la persona impuntual los pretextos y justificaciones están agotados, nadie cree en ellos, ¿no es tiempo de hacer algo para cambiar esta actitud? Por el contrario, cada vez que alguien se retrasa de forma extraordinaria, llama la atención y es sujeto de toda credibilidad por su responsabilidad, constancia y sinceridad, pues seguramente algún contratiempo importante ocurrió.

Podemos pensar que el hacerse de una agenda y solicitar ayuda, basta para corregir nuestra situación y por supuesto que nos facilita un poco la vida, pero además de encontrar las causa que provocan nuestra impuntualidad (los ya mencionados: interés, importancia, distracción), se necesita voluntad para cortar a tiempo nuestras actividades, desde el descanso y el trabajo, hasta la reunión de amigos, lo cual supone un esfuerzo extra -sacrificio si se quiere llamar-, de otra manera poco a poco nos alejamos del objetivo.

La cuestión no es decir "quiero ser puntual desde mañana", lo cual sería retrasar una vez más algo, es hoy, en este momento y poniendo los medios que hagan falta para lograrlo: agenda, recordatorios, alarmas.


http://www.portalplanetasedna.com.ar/valores2.htm
http://www.catedraderamiro.blogspot.com

5 de septiembre de 2012

PATENTAR O NO EL GENOMA HUMANO


Recientemente se ha producido un debate mundial, de amplias repercusiones políticas,  científicas y económicas, sobre el  Proyecto Genoma Humano, debate en el que han  intervenido personas con tanto poder como el Presidente de los EE.UU. y el Primer
Ministro británico. En síntesis, estos son los hechos:

El Proyecto Genoma humano pretender conocer y describir la totalidad de los genes  que configuran nuestra especie, no sólo como forma de adquirir un conocimiento  teórico sobre nuestra constitución física y psicológica, sino también como medio para  desarrollar terapias adecuadas en el tratamiento y prevención de enfermedades  relacionadas directamente con la acción de los genes.

En principio, este proyecto fue iniciado por un consorcio público internacional de  investigadores financiado por diversos gobiernos. Sin embargo, y dada la importancia  económica del mismo, pronto se interesaron en él compañías privadas de los sectores  farmacéutico y tecnológico. El fin último que buscaban estas compañías era obtener  descubrimientos científicos con el objetivo de patentarlos, obligando así a las  empresas que quisieran comercializar los productos obtenidos mediante tales  investigaciones a abonar una tasa por la utilización de la propiedad intelectual sobre el  descubrimiento, propiedad que corresponde a la compañía que financió las investigaciones.

En esa carrera por ser los primeros en obtener la secuenciación completa del genoma humano, ha sido una empresa privada -Celera Genomics- quien ha culminado antes esa investigación. Su anuncio de que ya habían obtenido los resultados del genoma cuando al consorcio público aún le restan varios meses de investigación, provocó de inmediato la intervención de dirigentes políticos internacionales, anunciando legislaciones restrictivas al derecho de patente en cuestiones relativas al genoma humano. Para muchos, esta decisión es completamente lógica y se fundamenta en principios morales.

Para otros, en cambio, vulnera ciertos derechos individuales y, además, puede tener graves repercusiones en el futuro sobre numerosos proyectos de investigación médica actualmente en marcha.

Resumimos a continuación los argumentos de cada una de las dos posiciones al respecto:

Para los partidarios de la gestión pública, el genoma humano no puede pertenecer a ninguna empresa privada, puesto que debe ser considerado como un bien común de la humanidad, sobre el cual quede prohibida cualquier operación con fines económicos. Se oponen, así, al derecho de patente sobre estos descubrimientos científicos. En este caso, deberán ser los gobiernos y la comunidad científica mundial  -a través de organizaciones internacionales como la ONU o la Organización Mundial de la Salud- los que gestionen este patrimonio de la Humanidad.

Los defensores de la investigación privada están de acuerdo en que no deben establecerse discriminaciones en el uso de los descubrimientos por motivos políticos, raciales o de desigualdad económica entre países pobres y ricos. En ese sentido, coinciden con los partidarios de la gestión pública. Ahora bien, el hecho de que el  Genoma humano sea considerado como un bien de la Humanidad no debe entrañar la prohibición legislativa de cobrar ciertas patentes industriales sobre su uso, patentes que podrían ser pagadas, en algunos casos, por dinero público, siempre y cuando se pudiera producir alguna discriminación por la carencia de recursos económicos para acceder a los productos obtenidos mediante la investigación.

Algunas de las cuestiones que se debaten y de los argumentos que se utilizan en pro y en contra de las respectivas posturas son:

·        ¿Quién debe financiar la investigación de interés general para la Humanidad? Según algunos, deben ser los Estados quienes asuman esta responsabilidad. Ahora bien, como se ha demostrado en este caso y también en otros semejantes, se obtienen antes los resultados mediante la gestión de las empresas privadas, puesto que el móvil económico que las inspira se suma a los móviles altruistas. Esta mayor eficacia tiene efectos beneficiosos para la Humanidad en general y debe ser, por tanto, compensada, ya que la empresa ha debido invertir sumas millonarias en el proyecto científico.
·        Los defensores de las empresas privadas de investigación argumentan que, si se prohíben las patentes en determinados campos, todas ellas abandonarán de inmediato sus proyectos de investigación en curso, con lo cual se produciría un daño irreparable, ya que el descubrimiento de las causas y de los tratamientos de enfermedades sufriría un gran retraso. Ponen como ejemplo los numerosos descubrimientos científicos que han obtenido las empresas privadas, descubrimientos que hubieran sido imposibles con una gestión pública de los recursos.
·        Los partidarios de lo público frente a lo privado argumentan que estas empresas obtienen grandísimos beneficios en otras parcelas de su gestión, con lo cual tienen asegurado su mantenimiento económico. Eso sí, reconocen que dichas empresas deberían obtener ayudas públicas o beneficios fiscales significativos como forma de financiar  investigaciones de interés general para la Humanidad. Sin embargo, los dueños de estas empresas argumentan que estas medidas no serían suficientes para mantener los gastos actuales de sus investigaciones.
·        Los políticos argumentan que los Estados no pueden correr con todas las cargas económicas de la investigación científica, ya que tales recursos deberían restarse de otros gastos de interés general, por lo que se necesita la investigación privada. Tratan de encontrar, pues, un difícil equilibrio que contente a unos y otros, a través de medidas legislativas que garanticen simultáneamente los intereses públicos y privados al respecto.
·        Muchos pensadores y científicos han señalado que, de permitirse las patentes, se quiera o no acabarán produciéndose discriminaciones por motivos económicos o políticos en cuanto al acceso al uso de tales tecnologías. Proponen que se celebren conferencias internacionales sobre el tema, con el fin de alcanzar acuerdos de aplicación mundial.

http://edu.jccm.es/ies/alarconsanton/attachments/148_%C3%89tica.%20dilema%20moral.%20genoma%20humano.pdf
http://www.catedraderamiro.blogspot.com