SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

12 de diciembre de 2014

EL EJEMPLO

El hombre existe durante un tiempo muy breve y en esta línea siempre busca perpetuar la vida consciente. El proceso de las vivencias cotidianas le deja una experiencia, a veces agradable y otras veces cruel, todo depende de la capacidad para hacer frente a las vicisitudes de su entorno y aún de la naturaleza misma.

En las relaciones entre padres e hijos se busca, como consecuencia, la inclusión de modelos que permitan, en sus descendientes, una forma más inteligente de hacer frente a sus problemas. Y desde este ángulo, el conocimiento es la forma más indicada para hacer frente a sus problemas. Este último genera las soluciones más expeditas en su diario acontecer para avanzar en su condición humana.

Engendrar hijos convierte a los hombres en portadores de la antorcha del descubrimiento del mundo. Estos son responsables para que sus descendientes aporten al bienestar de la humanidad y al desarrollo de la comunidad mundial.

Según la concepción tradicional del progreso, los hijos deben recibir el conjunto de valores y de buenas costumbres que le permitan moverse por el camino de lo sano y de lo constructivo.

A veces los hijos no quieren oír a sus padres, pero en forma permanente los están observando. El ejemplo es la forma concreta y sagaz de trascender hacia estados superiores y de transmitir, a las generaciones que nos suceden, un camino de vida.

El ejemplo es el proceso de realización de actos humanos de beneficio y de calidad de vida y de transmitirlos a otros a modo de repetirlos en períodos subsiguientes. Todos hemos sido receptores de modelos ejemplares y que hoy reproducimos en aras de un mejor estar.

La educación debe construir primero el carácter para que en la vida futura el ser humano pueda avanzar con criterio propio. El mundo de hoy exige un entrenamiento altamente especializado tecnológica, científica y profesionalmente con metas puramente de rendimientos económicos.

Es necesario inyectarle al humano del futuro una adecuada dosis de ejemplo que le permita reproducir modelos de avance de la condición humana. Mediante el ejemplo, el desarrollo del hombre mismo, de su carácter, del correcto sentido de los valores, el conocimiento del propósito real de la vida, el hombre puede determinar el camino hacia las más altas conquistas de la paz, la armonía y la justicia.

La educación moderna está formando para desarrollar la máquina, pero está fracasando en desarrollar al hombre. La observación permanente de los hijos a sus padres, les permite copiar modelos de vida; es por esto que tenemos el deber de trabajar por ellos, dejándoles una ruta que les permita la transparencia de sus actos y la bondad en sus pensamientos.

El ejemplo arrastra como nos lo decían nuestros antepasados. Es un camino de vida.