SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

23 de enero de 2015

CULTURA CIUDADANA: UNA CONDICIÓN HUMANA

Es preocupante que a pesar del incremento de la escolaridad promedio en nuestra población, cada día seamos testigos de actos que son manifestación de un actuar pre convencional, infantil, que revela deficiencias graves en la socialización básica y falta de la más mínima apropiación de una cultura cívica que nos permita unas condiciones mínimas para vivir en sociedad y proteger el hábitat, patrimonio de todos.

Preocupa al caminar por el centro de nuestras principales ciudades, el nivel de basura en nuestros andenes, calles, lotes sin construir y otros espacios públicos, generado por una inadecuada disposición de estos residuos sólidos por establecimientos comerciales y familias, a la vez, que por la ofensiva costumbre de tirar al suelo papeles, botellas y elementos de desecho sin hacer el mínimo esfuerzo por buscar un recipiente para su adecuada disposición.

Ciudadanos de todos los estratos, arrojan a la calle, desde automóviles particulares y buses, todo tipo de basuras como si ésta fuera el lugar natural de los mismos; estudiantes de educación básica, media y superior en sus cafeterías, aprenden a convivir con la basura, el desaseo y los desperdicios arrojados por ellos mismos como si esta situación fuera lo normal.

Definitivamente estamos fallando todos los educadores, desde los padres de familia, donde se inicia la socialización primaria, los planteles de educación básica y media, las universidades y finalmente el Estado conductor de las políticas públicas. Da pena al llevar a visitantes europeos y de otros países con mayor desarrollo a algunos sitos de nuestras ciudades, el tener que caminar en medio de basuras y del desaseo y el abandono.

Nos hemos acostumbrado a un mundo altamente contaminado con los residuos generados por nosotros mismos sin pensar que esos basureros callejeros además de afear la ciudad y mostrar nuestra falta de cultura, son un caldo de cultivo de roedores y gérmenes que atentan contra la salud pública. Igualmente es preocupante que quienes son los encargados de recoger las basuras en muchos casos lo realizan de una manera tan poco técnica que terminan repartiendo parte de lo recogido por las calles y espacios públicos. Los habitantes de calle a quienes no hemos educado y los animales domésticos callejeros, contribuyen al problema al romper las bolsas de basura y regar mucho de este material de desecho alrededor de los sitos de disposición provisional de las bolsas de basura.
  
Lo anterior nos lleva a la necesidad de diseñar programas integrales para concientizar a los ciudadanos, desde niños, de la importancia de una adecuada disposición de los residuos sólidos en los núcleos urbanos, de una adecuada educación desde la infancia en el respeto por el medio ambiente y por los congéneres, que no queremos ver convertidas nuestras ciudades en basureros crecientes y de la creación de una cultura del reciclaje que además de generar recursos para los grupos que laboran en esta actividad, permitan la utilización posterior de mucho material, produciendo dinero importante para la sociedad y evitando que al no de ser reutilizado siga contaminando por largos períodos de tiempo.
  
Si los programas del Estado, no se apoyan en las entidades educativas y en especial en preescolares y centros de educación básica y media, no lograremos un cambio cultural positivo que evite convertir a nuestras ciudades en desagradables basureros. Los niños y los jóvenes con educación son los que deben cambiar esta situación.

José M. Maya M.

http://www.larepublica.co/promovamos-una-cultura-c%C3%ADvica-en-nuestras-ciudades_211536

15 de enero de 2015

DE CÓMO YIHADISTAS CONQUISTAN A JÓVENES

El ser humano tiene que obrar con criterio propio. No puede dejarse manipular. Tiene que tener su propia capacidad de decisión. Ramiro Pérez Alvarez

Steffi, una joven alemana que se convirtió al islam, cuenta cómo fue reclutada en Internet por salafistas fundamentalistas y llegó a pensar unirse a la Guerra Santa. Hace dos años logró liberarse del grupo radical.

“Te dicen que formarás parte de una familia y, si te unes a la Guerra Santa, te prometen el paraíso”, dice Steffi, de 25 años de edad, que estuvo ocho años en las filas del salafismo en Alemania. “Los videos que muestran son tan sugestivos, que tuve una fase en la que llegué a pensar que tenía que unirme a su lucha terrorista”, dice la joven alemana, hoy exsalafista, que fue reclutada cuando tenía apenas 15 años.

“Aún no me puedo explicar por qué. A pesar de que antes no era religiosa, la propaganda de los salafistas logró convencerme”. El papá de una compañera de la escuela, que era imán, invitó a la chica alemana a su mezquita y pronto dejó de ser miembro de la iglesia católica para convertirse al islam, aprendió a rezar el Corán y a cubrirse la cabeza con mantos. Steffi también se unió a un grupo yihadista presente en Facebook.

Una joven que incita al asesinato

“Yo no era consciente de lo que hacía y acabé aceptando lospostings con ideas radicales que me llegaban”, dice Steffi. Poco a poco esta chica fue adoptando las posturas radicales que leía y escuchaba y empezó a acosar a quienes no fueran musulmanes. Steffi llegó incluso a llamar al asesinato de esas personas.

La situación de Steffi se volvió cada vez más insoportable: “Yo ya no podía decidir libremente. Mi horizonte se cerraba y ya no podía pensar sino lo que me ordenaban. No les gustaba que mi exmarido no orara mucho, porque era más liberal, y quisieron obligarme a abandonarlo, irme a Afganistán y casarme con un muyahidín”.

Si bien no aceptó irse a Afganistán, Steffi perdió a muchos de sus antiguos amigos. La relación con sus padres siempre fue difícil y conflictiva. Ellos no se preocuparon por su futuro, ni siquiera cuando vieron que sus ideas eran cada vez más radicales.

Entrar es fácil, salir puede costar la vida

Pero Steffi logró salir del infierno el que se metió sin la ayuda de sus padres. Las primeras dudas sobre su errado camino le surgieron cuando escuchó las prédicas de Denis Cuspert, hoy uno de los más conocidos miembros del grupo terrorista Estado Islámico que “alababa las ventajas del paraíso y prevenía contra los no creyentes”.

“Las palabras de Cuspert me hicieron recapacitar porque de él esperaba importantes enseñanzas religiosas y no que hablara solo de muerte o de que me tenía que cubrir toda la cara”. Steffi llevaba un pañuelo que cubría su cabello, algo que no le gustó a las mujeres radicales del grupo, que empezaron a difundir mentiras sobre ella en Facebook, como “que conocía muy poco el islam o que era una espía”.

Eso rebozó la copa y se dijo “¡Basta!. Ese no es el islam que yo busco”. Su salida duró seis meses más. Hoy, Steffi termina sus estudios medios y frecuenta una mezquita de una comunidad liberal. Más adelante quiere ayudar previniendo a otros jóvenes, visitando escuelas y colegios para contar la historia de cómo se envolvió con radicales islámicos y de cómo se desprendió de los mismos. Steffi concluye: “Eso es pura violencia, la que reina en ese medio. Y la mayoría de los chicos no pueden salir sin ayuda externa”.

http://www.dw.de/de-c%C3%B3mo-yihadistas-conquistan-a-j%C3%B3venes/a-18195223