No hace mucho tiempo el
mundo era un lugar más predecible de lo que es hoy en día. Todavía se podía
aspirar a que una organización fuese más competitiva sobre la base de una
división horizontal del trabajo y vertical de las decisiones.
En la época actual las
organizaciones tienden a ser organizaciones de conocimiento. La idea de la
organización capaz de aprender nos exige abandonar los viejos paradigmas de
liderazgo y estructurar aquellos que tengan que ver con “aprender a aprender en
conjunto”.
El desarrollo científico y tecnológico de la segunda mitad
del siglo XX y comienzos del siglo XXI está caracterizado por la aparición de
una generación llamada de la posmodernidad que comparte un entorno interactivo.
Utiliza la tecnología de punta para comunicarse, entre aquella se puede
mencionar el fax, el correo electrónico, el chat, los vídeo juegos, etc. En
otras palabras, comparte el mundo a través de las relaciones con la máquina.
Alvin Toffler en su obra la Tercera Ola se refiere
a las tres fases que han caracterizado el desarrollo del hombre en su proceso
histórico. La primera, la agrícola permitió al hombre el inicio de su gran
civilización. La segunda, la industrial permitió al hombre el desarrollo masivo
de bienes y servicios. La tercera, etapa que apenas comienza, la tecnetrónica,
que ha de permitir al hombre moverse en el universo a través de un entorno digital,
de un entorno virtual en donde la máquina es su centro de acción.
Hoy, al
comienzo de la nueva era, la de la Tecnetrónica hace aparición, a partir de los años
80, una generación que construye su propio entorno a través de los instrumentos
que le proporciona el desarrollo tecnológico derivado de la investigación
aplicada. Aparece un nuevo tipo de organización, la inteligente, fundamentada
en el trabajo en equipo, en sus jóvenes integrantes que funcionan
maravillosamente, se profesan confianza, complementan mutuamente sus virtudes y
producen resultados extraordinarios.
Esta
generación ha tomado las riendas del mundo y los defensores de la metodología
de la fase industrial se niegan a aceptarlo. Esta generación ha sido llamada:
la generación de la cultura interactiva o Generación Net porque se comunica a
través de los computadores, por medio de las vídeo conferencias, chats, correo
electrónico, vídeo juegos, entre otros. Está surgiendo una nueva generación que
cambiará al mundo como nunca antes.
Por
primera vez en la historia, saben más que sus padres sobre una innovación
esencial para la sociedad, y se sienten más a gusto con ella que sus progenitores.
Y justamente mediante el uso de los medios digitales, La Generación de la Cultura interactiva, desarrollará
e impondrá su cultura al resto de la sociedad. Estos jóvenes son una fuerza de
transformación social ya que están aprendiendo, jugando, comunicándose,
trabajando y creando comunidades de modos muy distintos de los que utilizaron
sus padres. Queda el problema de cómo
integrar sus percepciones.
Las
madres y los padres se aterran ante el desafío que implica criar jóvenes seguros
de sí, conocedores del mundo digital y conectado con él, que saben más sobre
tecnología que ellos. Pocos padres saben con exactitud qué hacen sus hijos en
el ciberespacio. En las escuelas, los funcionarios están tratando de afrontar
el hecho de tener estudiantes que muchas veces saben más sobre cibertemas y
sobre nuevos métodos de aprendizaje que sus maestros.
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