La naturaleza determina las especies
vivas como hembras o como machos. Tal concepción permite la perpetuación de la
vida y el ascenso de las especies. El hombre hace parte de dicha naturaleza,
vista desde el impulso instintivo de conservación. Es el concepto de lo
heterosexual.
A través del proceso histórico del
hombre, este ha logrado construir, desde su ser ontológico, áreas culturales
como la ciencia, la moral, el arte y la religión que le han permitido
identificar su verdadera condición de lo humano.
En su desempeño ha generado una
verdadera teoría sobre la familia y a partir de esta ha logrado generar la
sociedad. Toda sociedad está influenciada por aspectos culturales y estos
determinan, a su vez, el comportamiento de los hombres.
En el momento actual hace presencia
una tendencia hacia el comportamiento homosexual que busca un reconocimiento en
el orden jurídico mundial. Desde la concepción naturalista se observa que en el
camino entre ser hombre y ser mujer, se encuentran estados intermedios que
mirados, desde el punto de vista genético y cultural, plasman una realidad. La
decisión, desde lo humano, de un comportamiento homosexual o de un
comportamiento heterosexual.
Toda decisión a pertenecer a uno de
los dos estados es única y merece respeto de todo el conglomerado social. Pero
la naturaleza ha determinado que la fusión del componente genético del macho
con el componente genético de la hembra, es el único proceso para el
mantenimiento de las especies, al menos por ahora.
A pesar de la realidad que nos
presenta el mundo actual, en la construcción de una familia defiendo la
posición heterosexual. Los hijos deben venir al mundo como consecuencia de la
relación hombre-mujer, con todo su componente biológico, síquico y social y su
direccionamiento al mundo debe ser responsabilidad directa de las partes
intervinientes, los individuos que los engendran denominados padres.
El intercambio genético que se da en
el momento de una relación sexual, cuando se encuentran el óvulo y el
espermatozoide es determinante del orden la nueva criatura y este orden está
influenciado por el código genético de los progenitores y por el aspecto
cultural derivado del pueblo al cual pertenecen.
Los pueblos se manifiestan de
acuerdo a su instinto y a su cultura. A pesar del ascenso en la racionalidad se
producen situaciones de azar que hacen confluir estados de homo y de
heterosexualidad. Ambos deben convivir porque la condición de humanos nos
presenta la esencia del hombre.
La construcción de familia es una
forma continua que se transmite de padres a hijos y de hijos a hijos, es la
heterosexualidad. De los hijos de los hijos nace otra realidad genética y cultural,
la homosexualidad.
Dentro del respeto que me merece la
humanidad, bienvenidos los homos y los heteros. Somos un mundo en construcción
y todos necesitamos nuestro propio desarrollo, a través del respeto y de la
inclusión.
http://www.catedraderamiro.blogspot.com
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