El hombre existe durante un tiempo muy
breve y en esta línea siempre busca perpetuar la vida consciente. El proceso de
las vivencias cotidianas le deja una experiencia, a veces agradable y otras
veces cruel, todo depende de la capacidad para hacer frente a las vicisitudes
de su entorno y aún de la naturaleza misma.
En las relaciones entre padres e hijos
se busca, como consecuencia, la inclusión de modelos que permitan, en sus
descendientes, una forma más inteligente de hacer frente a sus problemas. Y
desde este ángulo, el conocimiento es la forma más indicada para hacer frente a
sus problemas. Este último genera las soluciones más expeditas en su diario
acontecer para avanzar en su condición humana.
Engendrar hijos convierte a los
hombres en portadores de la antorcha del descubrimiento del mundo. Estos son
responsables para que sus descendientes aporten al bienestar de la humanidad y
al desarrollo de la comunidad mundial.
Según la concepción tradicional del
progreso, los hijos deben recibir el conjunto de valores y de buenas costumbres
que le permitan moverse por el camino de lo sano y de lo constructivo.
A veces los hijos no quieren oír a sus
padres, pero en forma permanente los están observando. El ejemplo es la forma
concreta y sagaz de trascender hacia estados superiores y de transmitir, a las
generaciones que nos suceden, un camino de vida.
El ejemplo es el proceso de
realización de actos humanos de beneficio y de calidad de vida y de
transmitirlos a otros a modo de repetirlos en períodos subsiguientes. Todos
hemos sido receptores de modelos ejemplares y que hoy reproducimos en aras de
un mejor estar.
La educación debe construir primero el
carácter para que en la vida futura el ser humano pueda avanzar con criterio
propio. El mundo de hoy exige un entrenamiento altamente especializado
tecnológica, científica y profesionalmente con metas puramente de rendimientos
económicos.
Es necesario inyectarle al humano del
futuro una adecuada dosis de ejemplo que le permita reproducir modelos de
avance de la condición humana. Mediante el ejemplo, el desarrollo del hombre
mismo, de su carácter, del correcto sentido de los valores, el conocimiento del
propósito real de la vida, el hombre puede determinar el camino hacia las más
altas conquistas de la paz, la armonía y la justicia.
La educación moderna está formando
para desarrollar la máquina, pero está fracasando en desarrollar al hombre. La
observación permanente de los hijos a sus padres, les permite copiar modelos de
vida; es por esto que tenemos el deber de trabajar por ellos, dejándoles una
ruta que les permita la transparencia de sus actos y la bondad en sus
pensamientos.
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