El hombre siempre ha sido el autor de
la guerra y el responsable de la búsqueda de la paz; dos estados que se
presentan en forma dicotómica y el triunfo de uno de ellos representan
consecuencias para la humanidad.
La guerra es un estado de destrucción
humano y del medio ambiente, generalmente se apuntala en la tecnología de la
época en que se da y el vencedor termina haciendo ostentación de su poderío;
este estado es el determinante de la irracionalidad y de la animalidad
consciente.
A través de la historia de la
humanidad siempre ha existido la guerra como una solución al deseo
expansionista y de dominio sobre todo, todo ello, sustentado en la arrogancia
del ser y en su condición de megalómano.
La experiencia que se tiene del fin de
la guerra, determina un proceso de negociación previo, entre las partes en
conflicto; en esta prima la razón y la solución, por consenso, para terminar
esa fábrica de muerte y desolación.
Las ruinas y la destrucción de vidas
dejadas por la guerra le dejan al hombre una reflexión: Para qué este infierno
construido y para qué los objetivos logrados, desde el pisotear la dignidad
humana, desunir el componente familiar y generar el caos social?
Aplicando la ley de la acción y
reacción, a todo estado de guerra le sigue un estado de paz y este se logra
cuando desde la conciencia racional se aprueba que el camino de la destrucción
no conduce a nada porque sólo genera pánico, desánimo y huidas masivas hacia
nuevos territorios.
Es aquí donde se hace necesario
construir la paz, entendida ésta como la armonía y el equilibrio entre los
hombres, no importa su credo, su poder, su color. Toda estrategia que se genere
en función de la paz es benéfica, produce optimismo para el desarrollo del
ámbito familiar y del social.
Cada una de las partes involucradas
deben suspender sus niveles de arrogancia y de superioridad y deben también,
buscar puntos e intereses comunes. Sin este logro nunca se podrá construir la
paz. Como seres humanos somos frágiles ante el poder y los que lo ostentan se
toman la autoridad para matar en forma masiva; esta es la maquinaria de la
guerra.
La búsqueda de la paz implica
concesiones, implica el perdón, implica la audacia en las soluciones desde lo
humano, desde la razón. La paz consiste en la búsqueda permanente de soluciones
racionales y humanas, en donde se respete el derecho a la vida, el derecho a
disfrutar de la existencia.
La paz la hacen los hombres probos,
los líderes que defienden la identidad de lo humano. Este estado permanente
genera desarrollo social, genera bienestar y mejoramiento de la calidad de
vida.
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