SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

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19 de marzo de 2008

T7 ESENCIA DEL ACTO MORAL

El acto moral es el proceso mediante el cual un sujeto moral realiza un comportamiento susceptible de ser valorado bajo un sentido moral (bueno o malo). Para realizar un acto moral se debe tener presente la libertad y la conciencia del sujeto. Un acto se considera moral cuando ha sido realizado en una forma libre y consciente.

Los actos morales, como actos que son, están orientados hacia el exterior, la realidad, el mundo, los demás. Pero, por ser morales, tienen un aspecto interno, que es el que hace que sean valorables. No podemos olvidar que somos morales porque sabemos que podemos elegir, porque sentimos que tenemos posibilidad de seguir caminos diferentes en nuestra vida, porque nos damos cuenta de que nuestras acciones tienen consecuencias.

La conciencia de estas consecuencias es la base del aspecto interno de la moral, en ella está el origen de la valoración de nuestros actos, nuestros hábitos o nuestro modo de vida. Pero la conciencia moral es también conciencia de la libertad, conciencia de que no todas las posibilidades de elección son igualmente valiosas. Por eso es especialmente importante plantearnos qué es y como funciona. La misma palabra que usamos para referirnos a ella ya nos da una pista: estar consciente significa darse cuenta de lo que ocurre alrededor.
La conciencia es una forma de conocimiento o de percepción. La conciencia moral es con lo que nos damos cuenta de lo que vale, de lo que merece la pena para la vida, de lo que es bueno -o bien, de lo que no merece la pena, de lo malo, de lo que hay que evitar-.
La libertad es una condición necesaria en la realización del acto moral. Un acto que ha sido realizado bajo una coacción interna o externa no cae en la esfera de lo moral. Lo mismo se dice de los actos inconcientes.
Los actos morales son actos humanos, voluntarios, que podemos elegir realizar o no, y que podemos valorar según las normas y criterios morales que hayamos asumido previamente. Ante la posibilidad de elegir, el primer elemento de estos actos que se nos muestra es la existencia de un motivo para los mismos.
Para la realización de un acto moral el individuo debe saber lo que está haciendo, debe decidir hacerlo y ser voluntario en la comisión del acto.
El hombre debe aprender a delimitar sus actos, cuáles son aquellos de la vida diaria y que son indiferentes a la moral. Los actos cotidianos son insignificantes aisladamente, pero muy importantes en su conjunto.
Para la realización del acto moral se debe saber lo que se está haciendo, escogerlo con libertad y ser voluntario en su escogencia.

En la estructura del acto moral intervienen:

· El sujeto moral. Es el individuo mismo dotado de conciencia moral.
· Motivos o intenciones. Los actos se realizan por diversos motivos, buenos o malos, concientes o inconcientes. El acto moral pertenece solamente a los motivos conscientes del sujeto.
· Conciencia del fin que se persigue. El sujeto moral tiene capacidad para sopesar los alcances, las consecuencias y las secuelas que puede traer el acto moral.
· Decisión. Esta le otorga al acto moral su carácter autónomo y voluntario, ya que la decisión debe ser expresión de la propia voluntad y responsabilidad del sujeto.
· Elección. La decisión implica una elección entre varios fines posibles. Para la elección debe seguirse la norma que produzca el mayor beneficio.
· Medios para realizar el fin escogido. Los medios deben ser tan morales como los fines.
· El resultado. El acto moral se consuma en el resultado.

El análisis del acto moral sirve para distinguir entre actos responsables e irresponsables. Sólo los actos responsables, concientes y libres, caen dentro del dominio de la moral.
La responsabilidad moral se define como la capacidad y la obligación moral que tiene el sujeto de responder plenamente de los actos realizados, siempre y cuando éstos tengan su origen en un comportamiento libre y conciente.
La responsabilidad moral está ligada al concepto de conciencia moral. En virtud de la conciencia moral se uede dictaminar acerca del valor moral de una acción.
La conciencia moral se define como el conjunto de sentimientos, creencias, ideas y juicios que inducen a distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo. La conciencia moral es privativa del hombre. El mundo animal se mueve instintivamente. El hombre se mueve por la razón y por su autodeterminación. Esta autodeterminación es el fundamento de la responsabilidad y de la conducta humana.
La conciencia moral está configurada por elementos autónomos como la razón práctica, y la intuición o sentimiento moral y por elementos heterónomos como la educación y el medio social (usos, costumbres).

Acerca de la libertad

La obligación moral y la realización del acto moral no pueden ser definidos sin presuponer la libertad. La libertad es aquel estado que caracteriza al hombre en cuando que puede hacer o deshacer lo que quiera.
El tema de la libertad tiene una decisiva importancia en la Ética, ya que sin ella esta disciplina es prácticamente imposible. La libertad es la condición sine qua non de la Ética.

Las doctrinas que responden a los conceptos de libertad son:

Determinismo: Todos los acontecimientos están causados, tienen un antecedente. Se fundamenta en el principio de causalidad (a toda causa corresponde necesariamente un efecto). Un ejemplo de determinismo lo tiene Laplace cuando dice que el estado actual del universo es efecto del estado anterior y como la causa del estado que le sigue. En el hombre el código genético es una consecuencia de impactos ambientales anteriores y es la causa de comportamientos posteriores.
Las consecuencias del determinismo en la Ética son peligrosas porque como todo está determinado la responsabilidad moral y el control de los actos quedan anulados.
Indeterminismo: Se opone al determinismo. Niega esta determinación pues existe en el universo un acontecimiento B que no está conectado con un acontecimiento A tan íntimamente que, dado A, necesariamente deba ocurrir B.
En Ética el indeterminismo adopta la forma de un libertarismo, según el cual no hay nada necesario, el hombre puede actuar en forma totalmente distinta de cómo lo hace, incluso puede obrar en contra de su propio carácter y sus propias convicciones.
Fatalismo: Afirma que en definitiva el hombre no es libre, puesto que su comportamiento está escrito de antemano por un destino. Los Griegos llamaban moira al destino inexorable. Una persona fatalista es la que piensa que lo que ocurre ha de suceder necesariamente y que es incapaz de evitarlo.
Libertad y determinismo: La actividad libre es aquella que no está impedida ni forzada. Decir que los actos no están impedidos ni impuestos no implica negar que estén determinados. No puede negarse que existe la causa, que los hechos obedecen a una causa, que están determinados.
Conciliación entre necesidad y libertad: Consiste en hacer asequible la determinación (necesidad) con la libertad. La libertad es la comprension de la necesidad según Hegel. El hombre debe tener dominio de sí mismo para hacer uso de su libertad. Sus necesidades le llevan a tomar decisiones que comprometen su libertad.
La libertad es una facultad natural del hombre para obrar de una manera u otra incluso no obrando. Es el estado del que no se es esclavo y del que no está preso. También puede decirse que es el estado del individuo que no está sujeto a ninguna obligación, que obra conforme a su voluntad y naturaleza.
La libertar en un sentido político significa la ausencia de la obligación social que se imponga a un individuo. Puede hablarse de libertad política, individual, de conciencia, de reunión, de expresión.
En un sentido sicológico y moral se opone a la inconciencia. La libertad es el estado del ser humano que realiza en sus actos su verdadera naturaleza, considerada ésta como caracterizada por la razón y la moral.
Libertad es la autonomía, la autodeterminación de los seres racionales. En este sentido recibe generalmente el nombre de libre arbitrio, doctrina que niega que nuestra acción está causada o determinada sin nuestra intervención, y que atribuye a la voluntad humana libertad, per lo menos parcial respecto a las condiciones que anteceden a la acción; libre elección entre dos contrarios y capacidad de autodeterminación basada en una decisión no sujeta a obligaciones extrañas al agente y lograda por motivos interiores e ideales.

Génesis de la moral

La Ética se encarga de estudiar la moral. Para explicar el origen de la moral existen varias teorías:
Naturalista: La moral es semejante a los impulsos instintivos animales y en el hombre se agrega su capacidad de perseguir una finalidad conciente. El hombre transforma su naturaleza animal bajo la influencia de las relaciones sociales. El principal defensor es Karl Kautsky.
En la lucha por la existencia tiene un valor decisivo la división del trabajo y la experiencia, pues cada individuo puede afirmarse en su lucha por la existencia con mayor facilidad cuanto mayores y mejor ordenadas sean sus experiencias. En la lucha por la existencia desarrolla instintos como el de conservación, el de procreación y particularmente los instintos sociales.
Según la teoría existen muchos instintos sociales:
· Altruismo: dedicación a la comúnidad.
· Valentía: defensa de los intereses de la comúnidad.
· Fidelidad a la comúnidad.
· Obediencia o disciplina: sometimiento a la voluntad de la mayoría.
· Sinceridad para con la sociedad.
· El amor propio: receptividad al elogio y a la censura de la comúnidad.
Social: La moral se origina en la sociedad a medida que el hombre avanza en la organización de grupos sociales. Cuando el hombre actúa bajo la influencia del instinto no lo hace como ser moral sino como animal. En su avance social el hombre logró conciliar su conducta personal con los intereses de los demás, con los intereses de la colectividad. La aparición de los hábitos y de las costumbres, las exigencias de la disciplina, la conciencia de la vinculación con los demás es la consecuencia del trabajo en grupo en donde cada miembro tiene el deber de poner toda su capacidad en función del objeto del grupo al cual pertenece.
Según la teoría existen varios indicativos sociales:
· Conciencia social.
· Lucha por la supervivencia en forma colectiva.
· Desarrollo de la producción.
· División del trabajo
· Organizaciones sociales.
Para resolver el problema de los orígenes de la moral se encuentran, además, dos direcciones fundamentales: una doctrina apriorística, la cual considera que la moral es una actividad originaria en el hombre, las normas éticas se fundamentan a partir de un conocimiento apriorista de los valores. Según Kant, la ley moral es un hecho de la razón pura y de ella tenemos conciencia a priori.
La otra dirección fundamental es el empirismo, el cual sostiene que las normas morales han surgido por la experiencia a raíz de la convivencia social. John Locke considera que la experiencia enseña que ciertas formas de comportamiento producen felicidad a individuos y comunidades.

Origen de lo bueno y lo malo en el hombre
Para explicar la incógnita que ha manejado el hombre mismo sobre si es bueno o es malo se conocen las siguientes respuestas:
El optimismo ético: Sostiene que el hombre es bueno por naturaleza. El acciónar del hombre está encaminado hacia las cosas positivas de su existencia. Todo avance, toda decisión está supeditada al bienestar individual y al bienestar colectivo.
Determina que si el universo es bueno, el hombre es bueno. Existe un sincronismo entre el hombre y el universo. El hombre, por su sabiduría y por su capacidad de resolver problemás tiene el deber de hacer el bien.
El pesimismo ético: Considera que el hombre es malo por naturaleza.

LA DOBLE MORAL

La hipocresía constituye una de las variantes más deleznables de la interpretación fraudulenta de la ética, porque tiene como objetivo el presentar al mal como bien, en base a una justificación de identidad moral por la que una interpretación ideológica subjetiva justificaría la bondad de la propia actuación.
Con este método, casi todo puede ser amañado para presentar las propias acciones y decisiones como acordes a una moral que las justifique, aunque la misma moral que se predica, por su intrínseca condición de moral, condene la realización de hechos como aquellos como expresión del mal. Por ello la hipocresía se constituye como uno de los rasgos de la personalidad más contrarios a la condición ética de la persona, porque al interpretar fraudulentamente el mal como bien, imposibilita la autoconciencia del error y la rectificación de la conducta.

Una de las manifestaciones más elocuentes de la hipocresía es aquella que establece una doble moral para juzgar los hechos, según los realice aquel a quien se deplora o el entorno de la persona, y según ello se aplica con diferente laxitud la norma, condenando o aprobando según subjetivamente se ajusten los hechos a los propios intereses. Para los demás la norma se aplica de modo contundente, rígida y vehementemente. Para los propios actos, en cambio, cabe siempre la interpretación más amplia de la norma, justificando, si es necesario, una adecuación de los hechos a la misma en función de una multitud de fines y circunstancias que la afectarían modificando la calificación que de la simple aplicación de aquella una mente imparcial haría.

La doble moral se da en muchas conciencias, y sin temor a caer en mucho error se podría afirmar que prácticamente todas las conciencias a lo largo de la vida sucumben a esta desviación de la ética en alguna ocasión. Ello no es más que consecuencia de que juzgamos mucho y de que nuestro amor propio nos hace muy benévolos con nosotros mismos. Pero esta doble moral se hace especialmente patente y grave cuando rige la personalidad de aquellas personas que por delegación de la sociedad ejercen puestos relevantes de interés público.
Autoridades que por su prestigio y condición moral deberían ser ejemplares, como las autoridades intelectuales y académicas relevantes, quienes ocupan cargos en las jerarquías de las confesiones religiosas, los jueces y magistrados y los políticos. Quizá sean éstos últimos quienes más se aferran al uso de esta doble moral, quizá porque estiman que lo que les mantiene en el poder es más la justificación por sus palabras que la ética objetiva de sus actos, y por ello se encuentran obligados a justificar moralmente todas sus actuaciones y a condenar los movimientos de las formaciones contrarias, por más que ambas caigan en la misma vulneración de una norma moral universalmente admitida.

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