“Sabes con quién te casas, pero no de quién te divorcias”, me dijo un amigo
el otro día, “la relación con mi ex se degradó a niveles horribles, lo peor es
que no nos dimos cuenta de cómo fue ocurriendo”. Después de que terminara de
contarme su historia, me quedé pensando si acaso se puede predecir un divorcio
o una separación. Según John Gottman, terapeuta y autor experto en relaciones,
sí.
1. No paran de juzgarse mutuamente. Juzgamos todo el tiempo y sin
darnos cuenta, pero cuando se trata de la persona con la que compartimos la
vida diaria, el juicio va minando la confianza, el amor y las ganas de estar
juntos. Criticar y juzgar sistemáticamente a la pareja
convierte a la relación en campo de batalla y lugar de maltrato. Por ejemplo,
si el otro se equivoca y le decimos: “Eres un inútil, nunca ayudas en nada”, no
estamos poniendo el énfasis en la acción sino en la persona. En su lugar,
podríamos decir: “Me molesta cuando no cooperas en la casa y dejas todo botado”.
2. Viven a la defensiva. Cuando se vive con la
guardia arriba, es porque se está dispuesto a desenvainar la espada, y esas
circunstancias están muy lejos del amor. El problema, según Gottman, es que una
vez que entramos en una dinámica defensiva, pasamos todo lo que dice nuestra
pareja a través del filtro de la agresión, la culpamos de todo lo
que nos pasa y no nos hacemos responsables de la parte que nos
corresponde.
3. Se maltratan en privado y en
público. La forma de hacerlo suele ser muy hiriente porque se recurre a gestos ambiguos,
como hacer “bromas”, exponer la intimidad del otro de manera humillante o poner
los ojos en blanco y bufar cuando el otro trata de solucionar algo. Si es tu
caso, trata de ver por qué lo haces (o permites que tu pareja lo haga) y vean
qué es lo que provoca que se agredan de manera pasiva. Aunque
parezcan “detalles” pequeños, producen heridas muy profundas, a veces
irreparables.
4. Rompen la comunicación. Es como si nos quitaran el
suministro de los servicios básicos y no hubiera forma de reactivarlos; uno de
los dos rompe definitivamente la comunicación cuando se siente rebasado por
las circunstancias. Según Gottman, suelen ser los hombres quienes lo hacen más,
porque las mujeres quieren hablar y hablar hasta el agotamiento. Optar por el
silencio no resuelve nada, sólo deja en claro que ya no se quiere estar en esa
relación.
No hay relaciones sin conflicto;
de hecho, es un elemento indispensable en una relación sana, ya que revela
rasgos que a veces es necesario transformar. Lo que destruye a una pareja es la
forma en que manejan el conflicto, las actitudes que se toman y de
cómo éstas van obstaculizando el camino hacia la solución, el cambio
o la compasión. Es normal que las parejas caigan en alguno de estos
comportamientos negativos, pero ocurre de manera aislada y no es el estado
permanente de la relación. Dice Gottman que, ante el conflicto de pareja, una
proporción saludable es 5 a 1: cinco reacciones positivas por una negativa.
Luza Alvarado
https://es-us.mujer.yahoo.com/blogs/pasionaria/4-signos-que-predicen-un-divorcio-173833876.html?linkId=9004540
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