En cualquier momento de nuestras
vidas hemos tomado conciencia del tiempo que se nos escapa y que es apenas
perceptible. La experiencia cotidiana nos dice que el paso del tiempo es
irreversible, que no podemos volver atrás, que vemos como nuestros seres
queridos y nosotros mismos, crecemos, envejecemos y morimos. No podemos volver
atrás. No hay mecanismo posible que nos permita volver a vivir aquellos
maravillosos años de nuestra infancia, y que nos haga volver con nosotros a
todas aquellas personas que ya nos han abandonado.
La no comprensión de la dimensión
del tiempo nos agobia y ante ese gran vacío en su comprensión nos sentimos
confundidos y temerosos porque cada instante pertenece al pasado. Defiendo una
tesis cuando defino el futuro: como el pasado del presente. Esto no es un mero
juego de palabras. Quiero que compartamos esta definición
El supuesto de la irreversibilidad
del paso del tiempo es uno de los supuestos más fundamentales para el hombre.
La Ciencia moderna no ha contemplado el papel del tiempo. Siempre se ha dicho
que esos hermosos edificios que son la Mecánica Newtoniana, la Relatividad de
Einstein o la Mecánica Cuántica de Böhr, Schrödinger, Heisenberg, Dirac, etc
podrían funcionar igual de bien independientemente del sentido en que fluyera
el tiempo.
El hombre vive buscando descifrar el
tiempo, Einstein habla del espacio tiempo. El universo se encuentra en una fase
de expansión desde hace unos 14.000 millones de años. Una de las mayores
paradojas de nuestra educación científica es que en muchos casos nos acercamos
al estudio de los procesos naturales armados de todo nuestro bagaje
técnico-matemático basado en las leyes del equilibrio y en los procesos
reversibles.
Si queremos entender algo de cómo es
este universo en el que estamos, hemos de tener en mente ideas relativas a
desorden, azar, organización...es decir, de entropía.
La Segunda ley de la Termodinámica
nos dice que la entropía, en cierto modo, el desorden del Universo debe
aumentar, que todos los procesos que se den en él son irreversibles. Que poco a
poco, el Universo se va a ir diluyendo en una especie de caldo homogéneo y
uniforme en el que las irregularidades, discontinuidades, agregados se van a ir
diluyendo hasta llegar a un estado de máxima entropía, de máximo desorden. Es
la Muerte Térmica del Universo. He aquí como la dirección del tiempo viene
marcada por una evolución desde un estado de menor a otro de mayor entropía.
Es a partir de la construcción del
modelo del tiempo cuando el hombre comienza a construir su civilización
estructurada en su finitud. La comprensión del tiempo por el hombre tiene forma
finita. La ciencia deberá demostrar tal condición o no. El accionar del hombre
en el tiempo lo circunscribe a estados de finitud y de cambio permanente.
Parece que el tiempo nos acosa y nos cobra cada momento de la vida. El tiempo
es implacable porque siempre cobra, para bien o para, quitando una parte de la
vida. Todos vamos inexorablemente gastando nuestras vidas.
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