SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

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19 de noviembre de 2013

LA ÉTICA PROFESIONAL: NORMA DE VIDA

La ética la considero una norma de vida de suma importancia para el éxito y el cumplimiento de los propósitos que nos hayamos propuesto en el paso transitorio de esta dimensión.

Según el Diccionario Enciclopédico Universal (2000), la ética es: “la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”; otra definición indica que es: “el conjunto de reglas morales que regulan la conducta de las personas”.

Si aspiramos a un mundo mejor, tenemos que empezar por nosotros mismos; por lo tanto, si pretendemos cambiar nuestro entorno, debemos iniciar ese cambio internamente. Todo en el universo es variable, esa es una de las leyes del Kybalión; “todo fluye y refluye”. Pero ese cambio tiene que ver con los hábitos del individuo, solo un hábito positivo puede anular un hábito malo que, en resumen, no son más que las emociones negativas que atrapan a la persona en sus propias redes y que no le permiten liberarse y apreciar la luz de otras realidades y verdades.

El hombre como “ser” social y racional, necesariamente tiene que vivir en comunidad, llevándolo a cumplir múltiples relaciones personales y a asumir numerosos “roles” y es, precisamente en este desempeño social, donde comienza a revelarse la verdadera identidad humana; su carácter y su temperamento, en contraste con las emociones, la cultura y la ética.

Las relaciones armónicas que deben prevalecer en el diario vivir del ser humano están marcadas por sus antecedentes y por las conductas aprendidas; esto es, el éxito o fracaso del hombre, están altamente influidos por las primeras experiencias de su vida. De acuerdo con esto, un niño maltratado reflejará en su etapa adulta las mismas conductas aprendidas (Cano, 2006), o sea, será un padre maltratador de sus hijos y su pareja, aunque a veces presenta una careta con una personalidad oculta, que no es fácil reconocer.

Si bien es cierto que la ética tiene que ver con las conductas de las personas, podemos colegir que posee un alto componente psicológico. Como el hombre en esta dimensión se maneja de manera dual, debe comprender que si ha adquirido malos hábitos, es decir, si está envuelto en un conjunto de emociones negativas (envidia, ambición, cólera, ira, odios, entre otras), tendrá que hacer un gran esfuerzo personal para romper esas cadenas que lo llevarán a la destrucción; afortunadamente, se puede buscar la ayuda de un psicólogo o un psiquiatra; pero lo importante es que el individuo reconozca su situación.

Hay quienes creen en la doctrina de la reencarnación, y que las personas atormentadas por las emociones negativas han acumulado un karma malo que, inclusive, vienen pagando de vidas anteriores, hasta la actual; sin embargo, éste es un enfoque que depende mucho de la creencia religiosa.

Pero, ¿Qué relación hay entre una persona que esté atrapada en emociones negativas con la ética? Tal vez tenga que ver y tal vez no; lo cierto es que un individuo envuelto en un ciclo de vicios, se le hace muy difícil mantener relaciones armoniosas con sus semejantes; es decir, en el fondo da pena, pues está condenado a la soledad.

Sin embargo, se observa una estrecha relación de la ética con la cultura del individuo. Por lo general, quien se cultiva en la lectura y en el arte, esto es, en las ciencias humanísticas, desarrolla una serie de valores como la verdad, la justicia, la paz, la bondad; es decir, evoluciona a niveles no conocidos, se transforma en una persona que además de culta, respeta la dignidad humana.

No obstante, no siempre las personas son sinceras en sus actuaciones, en su conducta social o en sus relaciones con amigos y familiares; pero, afortunadamente a los farsantes que pretenden ser lo que no son se les descubre fácilmente, porque la práctica genuina de los valores humanos es algo que no se puede fingir, se tiene que vivir.

Finalmente, puedo afirmar que la ética es el pasaporte que lleva al hombre al éxito y a elevarse a otras alturas y, ésta se refleja en todos los actos de su vida, acompañada de la rectitud y de principios universales como la honradez, el respeto y la verdad.

Por: Domingo Espinosa G.

http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/3/88067

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