SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

21 de julio de 2011

DEMOCRACIA: PRINCIPIOS RECTORES

El término "democracia", se refiere al "demos-kratos" (demos = pueblo, kratos = gobierno). La democracia floreció en la Antigua Grecia, específicamente en la Atenas del siglo V a. C. (el siglo de Pericles). Por ello se le denomina frecuentemente como democracia ateniense. Tuvo una vida relativamente prolongada en comparación con las democracias liberales actuales, pues puede hablarse de período democrático en Atenas desde las reformas de Clístenes alrededor de 510 a. C. hasta la supresión de las instituciones democráticas a causa de la hegemonía macedonia en 322 a. C. También hay que citar como antecedente al sistema timocrático establecido en Atenas por la Constitución de Solón en el año 594 a. C. (5)

PARA CONSTRUIR ENTRE TODOS UN ORDEN SOCIAL DONDE TODOS PODAMOS SER FELICES (1)

Bernardo Toro A. (2) en su trabajo publicado en Caja de Herramientas # 141 establece conceptos sobre la Democracia. Bogotá. julio de 2011

Un(a) líder social y comunitario(a) que tiene como propósito contribuir a la construcción del Estado Social de Derecho (el proyecto de nación), requiere poseer una comprensión y un discurso sólido, sencillo y estructurado acerca de la democracia.

La democracia no es una ciencia, no es un dogma, no es un partido, no es una política. La Democracia es una forma de ver el mundo; es un modo de ser, una forma de vivir y de estar en el mundo. En una palabra, la Democracia es una Cosmovisión.

Toda cosmovisión es una forma de ordenar el mundo. Cuando una cosmovisión es compartida por muchos, es una cosmovisión social y produce cohesión. Por ejemplo, el cristianismo es una cosmovisión que propone aceptar que el mundo es creado por un ser superior y que el otro es mi hermano. El islamismo, el capitalismo, el marxismo… son otras cosmovisiones. Y esas cosmovisiones penetran e influyen toda la vida, el pensamiento, las relaciones privadas y públicas.

La democracia no es natural al ser humano. Es un invento que ocurrió hace 2.500 años, en la Grecia antigua. Y como toda creación humana puede prosperar, perecer y volver a aparecer. Los griegos crearon las ideas democráticas, occidente las heredó y con el correr de los tiempos estos ideales fueron asumidos por otras culturas (3).

“La democracia no sólo es una verdad en construcción. Es ante todo un “ethos”, un modo de ser, también en construcción, con base en vivencias valorativas. No se puede pensar en ser demócrata cuando no se ha experimentado el valor de la solidaridad, del altruismo, de la responsabilidad social, del espíritu cívico, del respeto por los bienes comunes y, ante todo, el respeto por la persona humana” (4).

Por ser una construcción continua, la democracia es como el amor: no se puede comprar, no se puede decretar… sólo se puede vivir y construir. Nadie le puede dar la democracia a una sociedad. La democracia es una decisión que toma la sociedad. Y esa fue la decisión que tomamos en la Constitución de 1991: construir el Estado Social de Derecho.

Por ser la democracia una cosmovisión, lo penetra todo. Las ideas democráticas conducen a preguntarnos acerca de cómo construir matrimonios democráticos y relaciones de pareja democráticas; familias, empresas y sindicatos democráticos; cómo es un partido y un Estado democrático.

Por ser la democracia una cosmovisión no se construye sobre leyes, sino sobre principios de orden ético, que nos orientan en la construcción del proyecto democrático:

•El principio de Secularidad
•El principio de Autofundación
•El principio de Incertidumbre
•El principio Ético
•El principio de la Complejidad
•El principio de Lo Público

Por ser la democracia una construcción, el contenido de estos principios se ha ido elaborando a través del tiempo. Unos surgieron en Grecia y otros, como el principio ético y el de lo público, son más recientes.

PRINCIPIO DE SECULARIDAD

Todo orden social es construido. El orden social no es natural, por eso son posibles las transformaciones en la sociedad.

La democracia es un invento del ser humano. El ser humano se inventó la sociedad, por consiguiente ningún orden social es de origen divino o externo a la voluntad de las personas que lo asumen.
Todo orden social es construido; por lo tanto, todo orden social puede ser transformado por la misma voluntad de quienes lo construyeron. La democracia es una opción de sociedad que expresa una forma de ver, interpretar y ordenar el mundo en función del respeto por los Derechos Humanos.

Una sociedad Democrática:

•Acepta que su orden social es construido entre todos.
•Percibe a sus ciudadanos como fuente y como creadores de ese orden.
•Tiene conciencia de que los ciudadanos pueden modificar el orden social.
•Convierte los problemas en oportunidades, a través del debate y la deliberación pública entre los ciudadanos.

PRINCIPIO DE AUTOFUNDACION

La democracia es un orden que se caracteriza porque las Leyes y las normas son construidas o transformadas por las mismas personas que las van a vivir, cumplir y proteger.

La democracia es una decisión de la sociedad. La principal característica de la democracia es que, en ella, las Leyes y las normas son construidas o transformadas precisamente por las mismas personas que las van a vivir, cumplir y proteger.

Esto significa que la democracia es el espacio por excelencia de la libertad, puesto que ésta sólo es posible cuando resulta del mutuo acuerdo de cumplir y respetar aquello que fue producto de una decisión libre, es decir, de un acuerdo fundado colectivamente. Una sociedad empieza a ser libre y autónoma cuando ella misma es responsable de haberse dado el orden social y político que quiere vivir, cumplir y proteger para la dignidad de todos.

La democracia es un orden autofundado: son las mismas personas que conforman la sociedad quienes deciden el orden que aceptan para vivir y quienes lo transforman cuando lo consideran conveniente. Por eso la democracia requiere de la participación de todos los miembros de la sociedad.

Este principio es la base de la gobernabilidad, la ética, la creatividad, la autonomía, la libertad, la participación y la representatividad. La convivencia democrática empieza cuando la sociedad aprende a autofundar su orden social.

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE

No existe un modelo ideal de democracia que podamos copiar o imitar: a cada sociedad le toca crear su propio orden democrático. La democracia es una construcción cotidiana. Como forma de ver, interpretar y ordenar el mundo, la democracia es una cosmovisión. Las cosmovisiones tienen la particularidad de que conservándolo todo, lo ordenan todo de otra manera.

Nadie, externo a ella, puede darle a ninguna sociedad su cosmovisión democrática, pues ésta es una decisión que toma la sociedad. Esta es una decisión que lo afecta todo, lo pregunta todo:

¿Cómo son las instituciones democráticas?
¿Cómo son las empresas democráticas?
¿Cómo son las organizaciones democráticas, los partidos democráticos, las familias democráticas?

La construcción de la democracia necesariamente afecta a toda la sociedad. Es posible aprender de la experiencia de otras sociedades, pero a cada sociedad le corresponde construir su propio orden democrático a partir de su historia, de su conocimiento, de su tradición y de su memoria; a partir de lo que es, de lo que tiene y de la manera como es capaz de proyectarse.

Puesto que nadie sabe cómo es el orden social perfecto, ni la familia perfecta, ni la institucionalidad perfecta, es necesario trabajar todos los días en su construcción: en esto consiste el principio de incertidumbre.

PRINCIPIO ETICO

Aunque no existe un modelo ideal de democracia, todo orden democrático está orientado a hacer posibles los Derechos Humanos y a cuidar y proteger la vida.

La democracia es el proyecto de la dignidad humana. El Proyecto de Humanidad contenido en la promulgación de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” el 10 de diciembre de 1948, constituye el norte ético del Proyecto Democrático. Un orden social se autofunda democrático si contribuye a hacer posibles, para todos, los derechos humanos y la vida, es decir, si se compromete con la Dignidad Humana.

Esto significa que el respeto por los Derechos Humanos no debe entenderse como norma sino como una manera de vivir y una forma de ser; como criterios que conducen a elegir siempre lo que le conviene a la vida digna de todos.

El principio ético propone una pregunta básica:

¿Cómo pueden los Derechos Humanos convertirse en principio ordenador de las relaciones sociales, de la política, de la economía, de la cultura, en pocas palabras, en principio ordenador de la vida social? El reto es radical: sólo es posible construir la democracia en una sociedad que se construya a sí misma sobre la lógica de los Derechos Humanos.

PRINCIPIO DE LA COMPLEJIDAD

El conflicto, la diversidad y la diferencia son constitutivos de la convivencia democrática. La democracia es incluyente de todos los intereses.

Para la democracia, la paz no es la ausencia de conflictos; la paz es el resultado de una sociedad que es capaz de aceptar reglas para dirimir el conflicto sin eliminar al otro (ni física, ni sociológica, ni psicológicamente), porque en la democracia no existen los enemigos, existen los opositores: personas que piensan distinto, quieren distinto, tienen intereses distintos que pueden colisionar con los míos, pero con las cuales puedo concertar futuros comunes.

Uno de los instrumentos más poderosos que tiene la democracia para hacer del conflicto una oportunidad positiva es la deliberación. La deliberación se convierte en un valor social, cuando, frente a un conflicto:

•Las diferentes personas son capaces de poner en juego sus intereses.
•Pueden expresarlos, sustentarlos y defenderlos con serenidad y transparencia.
•Buscan convencer a otros de la pertinencia de sus intereses, pero están dispuestos a dejarse convencer por la prioridad de otros intereses.
•Aprenden a ceder y a recibir cesiones.
•Y, entre todos, a partir de las diferencias, son capaces de construir bienes colectivos.

La deliberación social es el instrumento de la democracia para construir los consensos sociales que son la base de la paz.

PRINCIPIO DE LO PUBLICO

Lo público es aquello que conviene a todos, de la misma manera, para la dignidad de todos. La calle es pública y el parque es público, porque siempre están allí, para que todos transiten y se diviertan, sin exclusiones por razón de clase, edad, sexo, partido o religión. El acueducto es público si el agua que llega a la casa más pobre de la ciudad es de igual calidad a la que llega a una casa de una familia rica.

La educación será un bien público si los hijos de los pobres reciben una educación de igual calidad a la que reciben los hijos de los ricos. Si un sistema educativo es de calidad homogénea para todos los niños, entonces los niños ricos y pobres estarán igualmente cuidados. Lo mismo puede decirse si la salud, la vivienda, la información, el transporte… son bienes públicos. La equidad (la forma política del cuidado) de una sociedad está relacionada con la cantidad y calidad de bienes públicos que esa sociedad posea.

Todos los bienes o servicios destinados a la satisfacción de las necesidades comunes e indispensables, que hacen posible la vida digna de todos, son los bienes públicos o bienes colectivos por excelencia: la justicia, la vigilancia de las calles, los servicios domiciliarios (agua, luz, alcantarillado), la educación básica, la salud preventiva, la vivienda mínima, las telecomunicaciones, etc.

Cuando los bienes o servicios públicos se construyen en función de intereses particulares (de grupos o sectores sociales) y las decisiones sobre el acceso o el uso del bien o servicio están determinadas por motivos distintos del bien común, ese bien público es excluyente o inequitativo. Es lo que se entiende como corporativizar lo público: apropiarse, para beneficio privado, de un bien que debe existir para todos, de la misma manera.

La corrupción es la apropiación privada de lo público.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1.Texto basado en artículos, documentos y conferencias del autor.
2.Filósofo de la Universidad San Buenaventura. Fue Presidente de la Corporación Viva la Ciudadanía, durante la Constituyente de la Constitución Política de Colombia. Desde Agosto de 2005 es Asesor Estratégico de la Fundación Avina.
3.Herrera, Daniel. La Democracia: una verdad y un valor éticos en construcción. En Soberanía Popular y Democracia en Colombia. Ediciones Foro Nacional por Colombia y Viva la Ciudadanía. Bogotá. 1992. p. 14.
4.Ibídem.
5.http://es.wikipedia.org/wiki/Democracia_ateniense

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