SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

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3 de enero de 2012

DECADENCIA DE LAS NACIONES


El planeta tierra ha sido dividido por el hombre en unidades geográficas, en donde habitan los humanos, que han dado lugar a las naciones. Estas se han construido, a través de la historia, como estrategia para el desarrollo de los pueblos. Cada nación ha generado su manera particular de gobernarse y de defenderse del ataque de las demás. Es una forma propia que debe respetarse.

Las naciones están conformadas por individuos que siempre buscan enfrentarse con otros como una forma de resolver los problemas.  Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. Aquí el pesimista es siempre una parte del problema. El optimista es una parte de la respuesta. Los incentivos individuales estimulan a las personas a actuar en forma de grupos. Esta es la explicación del trabajo político que se hace en las naciones del mundo.

Arnold J. Toynbee dice: “Una nación permanece fuerte mientras se preocupa de sus problemas reales, y comienza su decadencia cuando puede ocuparse de los detalles accesorios”.

En la preocupación por los asuntos nimios del manejo de las naciones, como la orientación del poder para asuntos particulares, se da paso al inicio de la decadencia de aquellas. Hay muchas razones para la declinación y caída de una nación, la crisis del cumplimiento de la ley, la pérdida de la disciplina económica y la creciente burocracia.

La historia brinda abundantes ilustraciones de las consecuencias desastrosas del colapso de la ley y el orden. En la antigua Grecia, los primeros síntomas de desorden fueron una pérdida general del respeto por la tradición y la degradación de los jóvenes.

Entre los primeros síntomas estuvieron la declinación del arte y el entretenimiento. Los filósofos y expertos distorsionaron el medio de comunicación. La retórica se volvió combativa e intolerante; los intelectuales comenzaron a ridiculizar y a atacar todas las instituciones tradicionales de la sociedad helénica.

Nuevos pensadores de la sociedad propiciaban un "cambio fundamental" y pedían que se le diera a la juventud una "voz en la sociedad". Sin pautas tradicionales, los jóvenes se volvieron desenfrenados e indisciplinados, destruyendo el viejo orden. Lentamente, Grecia degeneró hacia una nación desacreditada y anárquica. Los romanos conquistaron Grecia en 146 a.C. Al colocar todo bajo la autoridad militar, lograron restablecer el orden y restituir el gobierno de la ley.

Las naciones empiezan su decadencia cuando se empecinan en mantener el orden al margen de las tendencias de las nuevas generaciones. Cada generación tiene su propia forma de pensamiento y a esto hay que apuntar. La organización de los estados deberá ser estructurada a partir de la articulación de las buenas costumbres y el cumplimiento de la ley, legadas de las generaciones anteriores, con la dimensión de la vida y del pensamiento de las nuevas.

En la decadencia de las naciones influyen la declinación de la educación, el debilitamiento de los fundamentos culturales, la pérdida del respeto por la tradición y el marginamiento de los jóvenes del manejo del Estado.

Las naciones deben apuntar el pensamiento de las nuevas generaciones, su modo de actuar y de comportarse y desarrollar estrategias para que en el momento en que tomen las riendas del poder, hayan asimilado la responsabilidad de construir un orden social moral, lejos de la corrupción y la trampa.

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