SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

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12 de diciembre de 2011

APOPTOSIS DEL HOMBRE


En su desarrollo científico el hombre ha logrado descubrir que la célula misma puede producir en forma programada su muerte. Esto se ha denominado la apoptosis y es un proceso celular genéticamente controlado por el que las células inducen su propia muerte en respuesta a determinados estímulos. De ahí que frecuentemente se describa el proceso apoptótico como "suicidio celular" a la hora de definirlo conceptualmente.

La metaforización "suicidio celular" es doblemente significativa si consideramos que la muerte celular programada es un proceso irreversible. Lo distintivo de la apoptosis radica en el control que ejercen las células sobre su propio destino, cuando "deciden" seguir el camino apoptótico.

En condiciones normales la apoptosis constituye un mecanismo fundamental para el mantenimiento de la homeostasis del organismo. Pongamos un sencillo ejemplo: como respuesta frente a la agresión que supone la entrada de un microorganismo, las células encargadas de la defensa del organismo, las células del sistema inmune, son activadas. Dicha activación supondrá, entre otras cosas, la proliferación de aquellas células del sistema inmune capaces de parar de forma específica dicha agresión. Como resultado, buena parte de estas células, que en su momento eran necesarias, dejan entonces de serlo, iniciando muchas de ellas el proceso de muerte celular programada, en este caso inducido por la ausencia del estímulo agresor. En otras palabras, cuando una infección es controlada, gran parte de las células del sistema inmune que contribuyeron a atajar dicha infección, dejan de ser necesarias, siendo eliminado el excedente celular generado por apoptosis.

También ha aprendido el hombre a vivir permanentemente haciendo apoptosis con los congéneres de su misma especie. Ha logrado desarrollar todo una estrategia técnica y logística que le permita un exterminio, aparentemente controlado, de pueblos que defienden, en forma fanática, creencias y mitos que solo alimentan el ego de su propia cultura.

El mundo actual se mueve bajo una apoptosis controlada por intereses que giran en la vía contraria de la solidaridad y del respeto por la diferencia. Tiene cada ser humano una misión sobre la tierra  y su trascender no puede estar sometido a esa muerte programada. Es el momento de una revisión del actuar del hombre hacia el hombre.

Los estímulos agresores que comprometen la sana convivencia deberán ser revisados en beneficio de la vida misma del hombre, de su familia, de su trabajo. El hombre es el único capaz de transformar el instinto por la razón.

Hagamos una apoptosis de todos los mitos y creencias construidas para la destrucción misma del hombre.

Trabajemos por un hombre sabio, sobrio y prudente. 

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