SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

12 de diciembre de 2011

YAQUES DE LA VIDA


El ser humano vive en los sinsabores de la modernidad.  Vive en la era de la alta tecnología, de la guerra de las galaxias, de las bombas atómicas, de los descubrimientos de la electrónica, la cultura de masas, la sociedad de consumo. Vive con la convicción de ser único y de ser capaz de desafiar en forma prepotente.

Necesita inventar una excentricidad personal, para resaltar una personalidad trivial, fundamentada en la “sociedad del mutuo elogio”, en donde la sensibilidad artificial y los valores vacuos son las características principales.  Una de las causas de esta situación, es la sociedad industrial de consumo heredada o más bien asimilada de los países altamente industrializados. Países que ostentan un gran poderío y una soberbia enfermiza.

El hombre actual está sumergido en una marea de informaciones, ocupaciones y preocupaciones.  El estilo y el ritmo de vida hacen de nosotros hombres constantemente atareados, acaparados y enajenados por los horarios, el trabajo, el desplazamiento de un lugar a otro, el reciclaje, la promoción, la familia, la casa, el presupuesto, los viajes, el automóvil, las obligaciones, las reuniones, el espectáculo. Trabajamos inconscientemente para un mundo que no nos pertenece, que es ajeno.

 Aquella es la vida inauténtica y es la única que no vale la pena vivir.  Y consecuentemente, no tenemos ni el ánimo, ni la capacidad, ni la paciencia para pensar de “veras” cuestiones tan importantes y tan determinantes en la vida de los hombres como lo es la educación y la ética, como es la del respeto por los demás y la de los valores. 

Para muchos esta vida de la inautenticidad es un hecho y es la única posibilidad que tienen los hombres para poder vivir.  Esto muestra, un modo de pensar de nuestra época la cual nos lleva a desinteresarnos por planteamientos y formas de vida constructiva, fundamentadas en la justicia y la equidad, en las que podríamos buscar una mayor autenticidad de la vida humana.

No hay que reducir nuestra vida a una serie de vivencias sin secuencia que se manifiestan en forma caótica, o a formas simples de abandono y desidia. Hay que construir una vida llena de pasión, de energía positiva, una vida en donde el conocimiento sea utilizado para bien de la humanidad, no para la destrucción.

Tienen las generaciones que nos suceden una responsabilidad y es la de tomarse el mundo porque con su interpretación, en su momento de la vida, tienen una concepción limpia de la sociedad a la que pertenecen.

Tienen las generaciones posteriores una responsabilidad y es la de entregar un mundo sano, sin guerras y sin armas que apunten a la vida.

Cree Usted que podamos darnos la mano y empezar a caminar el mundo?

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