SOMOS POLVO DE ESTRELLAS

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19 de marzo de 2008

T8 LA FAMILIA. EL TRABAJO

FAMILIA Y TRABAJO. SOCIEDAD Y NACIÓN
La familia es la célula de la sociedad, se basa en el parentesco conyugal y consanguíneo, es decir, en las relaciones entre hombre y mujer, padres e hijos, hermanos y hermanas etc. La vida de la familia se caracteriza tanto por procesos materiales como procesos espirituales. Pertenecen a los primeros, las relaciones biológicas naturales, relaciones económicas y de consumo; a las segundas, las relaciones MORALES y sicológicas.
La vida y forma de la familia está condicionada por el régimen socio-económico y por las relaciones sociales en su conjunto. Los individuos que la integran tienen una función específica dentro de ella, ésta les obliga a la búsqueda de relaciones con individuos de otras familias con el fin de obtener elementos para la supervivencia.
Las relaciones entre las familias están sustentadas, desde el punto de vista del proceso material, en el concepto integral del TRABAJO.
El trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra. Entendido como una actividad "transitiva", es decir, de tal naturaleza que, empezando en el SUJETO HUMANO, está dirigida hacia un objeto externo, supone un dominio especifico del hombre sobre la tierra y a la vez confirma y desarrolla este dominio.
El TRABAJO es ante todo un proceso entre el hombre y la naturaleza modificándola para sí. Al modificar la naturaleza el hombre realiza su fin consciente, adapta los objetos de la naturaleza a sus necesidades.
El trabajo constituye la condición primera y fundamental de la existencia humana. No solo proporciona al hombre los medios de subsistencia que necesita; el TRABAJO ha creado al propio HOMBRE.
Uno de los puntos centrales que articulan las relaciones entre la familia y la empresa (o, más en general, entre familia y actividad profesional) es el trabajo. Por un lado, el trabajo en la empresa o en una profesión hace posible la familia (al menos desde un punto de vista económico) y a su vez y recíprocamente la existencia de la familia es importante para dar un sentido profundo y pleno a ese trabajo. Estas relaciones tan centrales no está exentas sin embargo hoy en día de importantes tensiones y conflictos. Sintetizando se podría decir que, aunque en muchos casos se trabaja de hecho para la familia, también, en no pocas ocasiones, el carácter absorbente de ese mismo trabajo acaba por perjudicar a la familia impidiendo su desarrollo y estabilidad o incluso, en los casos más extremos, su mismo nacimiento.
Gracias al trabajo, el hombre se ha separado del mundo animal. Una de las diferencias esenciales entre el hombre y el animal estriba en que este se sirve de productos acabados de la naturaleza, mientras que el hombre gracias al trabajo, obliga a la naturaleza a ponerse al servicio de sus fines, la modifica, la subordina a sus necesidades.
Confirmada la dimensión personal del trabajo se debe llegar luego al proceso espiritual que configura el ámbito de valores, y esta necesariamente unido a aquel.
El trabajo es el fundamento sobre el que se forma la vida familiar, la cual es un DERECHO NATURAL y una vocación del hombre.
Estos dos ámbitos de valores, uno relaciónado con el trabajo y otro consecuente con el carácter familiar de la vida humana, deben unirse entre sí correctamente y correctamente compenetrarse.
El trabajo es en cierto sentido, una condición para hacer posible la fundación de una familia, ya que ésta exige los medios de subsistencia, que el hombre adquiere normalmente mediante el trabajo.
Trabajo y laboriosidad condicionan a su vez todo el proceso de EDUCACIÓN dentro de la familia, precisamente por la razón de cada uno se "hace hombre" entre otras cosas mediante el trabajo, y ese hacerse hombre expresa el fin principal de todo el proceso educativo.
La familia constituye uno de los puntos de referencia más importantes, según los cuales debe formarse el orden SOCIO-ÉTICO del trabajo humano.
El tercer ámbito de valores que emerge en la presente perspectiva se refiere a esa gran SOCIEDAD, a la que pertenece el hombre en base a particulares vínculos culturales e históricos.
SOCIEDAD: Es la unión moral y estable de varias personas en orden a procurar un bien común mediante la cooperación de todos.
Dicha sociedad, aun cuando no ha asumido la forma madura de una nación, es no solo la gran educadora de cada hombre, aunque indirecta (porque cada hombre asume en la familia los contenidos y valores que componen en su conjunto, la cultura de determinada nación), sino también una gran encarnación histórica y social del trabajo de todas las generaciones.
Todo esto hace que el hombre concilie su más profunda identidad humana con la pertenencia a la NACIÓN y entienda también su trabajo como incremento del BIEN COMÚN elaborado conjuntamente con sus compatriotas, dándose así cuenta de que por este camino el TRABAJO sirve para multiplicar el patrimonio de toda la familia humana, de todos los hombres que viven en el mundo.
El desarrollo de la industria y de los diversos sectores relacionados con ella, hasta las más modernas tecnologías de la electrónica, especialmente en el terreno de la miniaturización, de la informática, de la telemática y otros, indica el papel de primerísima importancia que adquiere, en la interacción entre el sujeto y objeto del trabajo (en el sentido más amplio de esta palabra), precisamente esa aliada del trabajo, creada por el cerebro humano, que es la técnica. Entendida aquí no como capacidad o aptitud para el trabajo, sino comoun conjunto de instrumentos de los que el hombre se vale en su trabajo, la técnica es indudablemente una aliada del hombre. Ella le facilita el trabajo, lo perfecciona, lo acelera y lo multiplica. Ella fomenta el aumento de la cantidad de productos del trabajo y perfecciona incluso la calidad de muchos de ellos. Es un hecho, por otra parte, que a veces, la técnica puede transformarse de aliada en adversaria del hombre, como cuando la mecanización del trabajo «suplanta» al hombre, quitándole toda satisfacción personal y el estímulo a la creatividad y responsabilidad; cuando quita el puesto de trabajo a muchos trabajadores antes ocupados, o cuando mediante la exaltación de la máquina reduce al hombre a ser su esclavo.

LA LIBERTAD EN EL INDIVIDUO. EN LA ESFERA SOCIAL

La conciencia de la libertad y de la dignidad del hombre, junto con la afirmación de los derechos inalienables de la persona y de los pueblos es una de las principales características de nuestros tiempos.
La LIBERTAD expresa la relación entre la actividad del hombre y las leyes de la sociedad, implica la autodeterminación de sus actos. Puede proceder de acuerdo con su voluntad previo reconocimiento de la NECESIDAD OBJETIVA. La limitación de la libertad humana esta condicionada por la dependencia en que los hombres se encuentran respecto a las fuerzas sociales.
Cada hombre está orientado hacia los demás hombres y necesita de su compañía, aprenderá el RECTO USO DE SU DECISIÓN sí aprende a concordar su voluntad a la de los demás, con miras de un verdadero BIEN.
Es pues la armonía con las exigencias de la naturaleza humana lo que hace que la voluntad sea auténticamente humana. En efecto, esto exige el criterio de la VERDAD y una justa relación con la voluntad ajena.
Verdad y justicia constituyen así la medida de la verdadera voluntad. El hombre se hace LIBRE cuando llega al CONOCIMIENTO DE LO VERDADERO. La dimensión de lo verdadero obedece al desarrollo de la investigación, mediante la aplicación de técnicas que le permitan confrontar la realidad a través de hechos experimentales.
El hombre es un ser inteligente, un ser que busca, que pregunta el porqué de las cosas que conoce. pero el conocimiento del hombre está ordenado a la actividad. El hombre tiene que obrar; además de conocer, actúa. y su actuación debe ser conforme con su conocimiento.
Precisamente la actividad del hombre se diferencia de la actividad de los demás seres irracionales porque él primeramente conoce, sabe lo que va ha hacer, para qué, cómo, porqué lo va a hacer. En una palabra: Es LIBRE, es responsable de su acción.
El mundo en el que se vive se compone de cosas agradables y desagradables, atroces y benévolas, favores y peligros. Lo importante no es que las cosas sean o no cuerpos, sino que nos afectan, nos interesan, nos acarician, nos amenazan y nos atormentan.
Aquella libertad que cada uno siente en su interior, como un instinto, le indica un amplio juego de posibilidades, pero al mismo tiempo aparecen limitaciones de conciencia que la coartan; son costumbres aprendidas en la vida social.
La conciencia es la forma superior propia tan solo del hombre, del reflejo de la realidad objetiva. La conciencia es producto del desarrollo social. Los conocimientos acumulados por la historia, las ideas políticas y jurídicas, las realizaciónes del arte, la moral, la religión y la sicología constituyen la conciencia de la sociedad en su conjunto
La conciencia está supeditada al complejo de vivencias emocionales basadas en la comprensión que el hombre tiene de la RESPONSABILIDAD MORAL por su conducta en la sociedad, estimación que hace el individuo de sus propios actos y de su comportamiento.
La conciencia no es una cualidad innata, está determinada por la posición del hombre en la sociedad, por sus condiciones de vida, su educación.
La conciencia se halla estrechamente vinculada al DEBER.
El deber cumplido produce la impresión de conciencia "limpia", la infracción del deber va acompañada de "remordimientos" de conciencia.
La conciencia como activa reacción del hombre en respuesta a las exigencias de la sociedad, constituye una poderosa fuerza interna de perfeccionamiento moral del ser humano.
La sociedad tiene su origen en las relaciones que se dan entre los hombres. El Estado es depositario de todo derecho. El individuo posee la más absoluta libertad de actuar y de pensar.
En lo exterior hay que someterse a la autoridad, fuero externo. En lo interior, fuero interno, hay absoluta libertad de pensamiento y de actuación.
En la esfera social, la LIBERTAD se manifiesta y se realiza en acciónes, estructuras e instituciones, gracias a las cuales los hombres se comúnican entre sí y organizan su vida en común.
La expansión de una personalidad libre, que es un deber y un derecho para todos debe ser ayudada y no entorpecida por la sociedad.
La libertad en la esfera social tiene sentido cuando hay entrega desinteresada del individuo hacia los demás.
En toda convivencia humana, bien organizada se debe colocar como fundamento de que todo ser humano está dotado de inteligencia y de voluntad libre, y que por lo tanto tiene unos DEBERES y unos DERECHOS.
El DEBER es la necesidad moral de cumplir las obligaciones. Por el hecho de entrar en determinadas relaciones sociales, el hombre toma sobre sí obligaciones. La conciencia que tenga de ellas aparece como comprensión y vivencia (sentimiento) del deber.
Dentro de la sociedad los deberes se hallan determinados por el lugar que ocupa el hombre en el sistema de relaciones sociales. Esto condiciona las distintas clases de deber: HUMANO, CIVIL, FAMILIAR, etc.
El DERECHO esta representado por el conjunto de normas, de reglas de conducta establecidas, sancionadas por el grupo social en que se vive. El concepto es válido para el Estado. El cumplimiento de las normas puede estar garantizado por una fuerza coercitiva o una estimulante.
Existe una exigencia de orden moral que se ha expresado en la formulación de los DERECHOS DEL HOMBRE. Algunos de éstos tienen por objeto reconocer a cada ser humano su carácter de persona responsable de sí misma y de su destino trascendente, así como la inviolabilidad de su conciencia.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS

La Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada, por la Asamblea General de las Naciones Unidas (1948), define y enuncia, en forma de principios, los derechos humanos y las libertades que se consideran fundamentales para todo ser humano.

En su primera parte incluye los siguientes DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS: Derecho a la VIDA, libertad, igualdad de derechos, seguridad personal, protección legal, recurso efectivo ante los tribunales, derecho a ser oído públicamente y con justicia, a presunción de inocencia, a la vida privada, a inviolabilidad de domicilio y de correspondencia, a circulación y residencia, a elegir y ser elegido para funciones públicas, a participación en el gobierno, a sufragio universal, a disfrutar de asilo, nacionalidad, matrimonio, propiedad; prohibición de la esclavitud y de la servidumbre, tratos crueles inhumanos o degradantes, de la detención y destierro arbitrarios; libertad de pensamiento, conciencia, religión, opinión, expresión, reunión y asociación etc.

La segunda parte de la Declaración se refiere a los siguientes derechos de carácter ECONÓMICO, SOCIAL y CULTURAL: Derecho a un nivel de vida adecuado, a la educación, al trabajo, a la seguridad social, derecho sindical, a igual salario por trabajo igual, a remuneración equitativa y satisfactoria, a descanso y recreación, a protección especial para la maternidad y la infancia, a participación y defensa de la vida cultural y a un ORDEN SOCIAL e internacional, "en el que los derechos y libertades proclamados en ésta DECLARACIÓN se hagan plenamente efectivos.

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